La receta alemana
Un programa de televisión en la señal internacional de la BBC...
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Matko Koljatic
Un programa de televisión en la señal internacional de la BBC, me permitió entender algo mejor la difícil coyuntura por la que pasa Europa. Entrevistados por un periodista de la cadena británica, participaban un banquero alemán, una economista griega y un académico inglés.
El periodista comenzó la conversación preguntando a la economista griega acerca de la situación en Grecia. Ella inició su respuesta con una dramática enumeración de los ajustes que se están haciendo en su país: reducciones de sueldos de empleados públicos, de las jubilaciones y de otras prestaciones sociales, complementadas por significativos aumentos de impuestos. Sumado a la falta de liquidez y confianza, todo ello había llevado al país a una recesión que no tenía visos de solución. Respecto al futuro, sostuvo que en su opinión, abandonar el euro era inviable ya que agravaría aún más la situación, por las quiebras de bancos y empresas que ello produciría. Por lo anterior, planteó que la única solución que ella veía era reestructurar la deuda, y en este punto me sorprendió, abogando por una reducción de dicha deuda… ¡a cero!
El académico, con la flema que caracteriza a los británicos, comentó que el Reino Unido estaba haciendo los mismos ajustes, dolorosos pero imprescindibles. Luego, se congratuló que el Reino Unido no se hubiera acoplado al euro, lo que le permitía al Banco de Inglaterra seguir sus propias políticas monetarias.
Ahí el periodista le pidió su opinión al banquero alemán. Este, haciendo un esfuerzo evidente por ser cortés y mantener la calma, dijo que la reestructuración de la deuda era inviable y que los griegos y demás países en problemas tenían que ajustarse el cinturón y hacer reformas estructurales, como lo había hecho Alemania, en su momento. Hablando golpeado, recordó que años atrás su país también había sobrepasado los límites de déficit fiscal establecidos por la UE y había caído en el estancamiento, ante lo cual, se habían tomado medidas para flexibilizar el mercado laboral, fomentar el emprendimiento y disminuir los gastos del gobierno. Terminó diciendo que dicho programa había sido muy duro, pero que gracias a ello, Alemania ahora estaba en una buena situación, con bajas tasas de desempleo y creciendo económicamente.
Imagino que cuando los líderes políticos europeos se reúnen en sus cumbres, en algún grado se reproducen las posiciones anteriores. A pesar de lo crípticos que son los comentarios de Angela Merkel, me imagino que Alemania manda y demanda. Cuando Rajoy sacude a los españoles con anuncios de más y más recortes, en medio de cifras que no parecen más que empeorar, y Monti guarda un ominoso silencio, supongo que detrás debe estar la receta alemana. Si hasta Sarkozy, con ese voluntarismo que lo caracteriza, lo dejó entrever pocos días atrás, cuando le dijo a los franceses que se tenían que parecer más a los alemanes.
¿Qué se puede esperar en el futuro? La teleserie va a continuar. Cada pocos días el euro tendrá que cruzar un nuevo Rubicón. Donde antes fue en Grecia, Irlanda o Portugal, ahora será en España o Italia y con alta probabilidad, próximamente, en Francia o Bélgica. Por cierto, la teleserie tendrá un clímax en febrero, cuando Italia enfrentará la renovación de una montaña de deuda, entiendo que algo así como 40 mil millones de euros.
Aunque en las últimas semanas, ha habido algún respiro, gracias al relajamiento cuantitativo del BCE y sus pactos de recompra a tres años, por lo que las tasas son algo más bajas, en el largo plazo, estas son insostenibles para los países de la zona euro sobre-endeudados. Mi impresión, por ello, es que la reestructuración de deudas soberanas es inevitable, pero ciertamente no en la medida que lo planteaba la economista griega. En los países que no sean capaces de seguir la receta alemana, el euro no cruzará el Rubicón.